La eficiencia energética está de moda. Prácticamente todos los meses hay un congreso, una jornada o un encuentro, cuando no es una encíclica papal la que saca a relucir el tema. La medida que más mejora la eficiencia energética en la edificación es la mejora del aislamiento térmico, pero ¿qué ventajas tiene aislar?
AHORRO
Ahorrar suele ser la principal razón para mejorar la eficiencia energética de un edificio. Ahorrar en su sentido más amplio:
- Ahorro económico: Mejor aislamiento significa menores pérdidas de calefacción o refrigeración a través de la envolvente, lo que se traduce en un menor consumo de gas y/o electricidad. Aislando correctamente la envolvente podemos reducir a la mitad la demanda en calefacción y refrigeración, lo que puede suponer un ahorro del 25% del total de la energía que consume el edificio.
- Ahorro de emisiones contaminantes: Si lo que nos preocupa más que nuestro bolsillo es el medioambiente, aislar también tiene premio. Los materiales aislantes recuperan durante su vida útil, de media, 100 veces la energía utilizada durante su fabricación, con el consiguiente balance positivo de emisiones contaminantes.
- Ahorro para el país: En un país fuertemente endeudado y con gran dependencia energética del exterior como el nuestro, mejorar la eficiencia energética de uno de los mayores consumidores de energía, los edificios, no es una opción, es una obligación, y los objetivos de la Directiva Europea de Eficiencia Energética en Edificación así lo expresan.
CONFORT
El incremento del confort suele ser la razón que más se valora tras una mejora térmica de la envolvente, y también tiene tres facetas:
- Confort térmico: Esta mejoría se nota a las pocas horas de la intervención. Esa habitación heladora en invierno o a la que no se puede entrar en verano pasa a ser confortable y acogedora. Además se vuelve más sencillo alcanzar la temperatura de confort deseada en la vivienda, desaparecen las paredes frías o calientes, se aumenta la inercia térmica del edificio y se eliminan infiltraciones de aire.
- Confort acústico: No en todos los casos, pero en buena parte de ellos se mejora el confort acústico al incorporar aislamiento térmico, ya sea por el exterior, por el interior o rellenando la cámara de aire con material absorbente.
- Salubridad: En muchos casos las condensaciones superficiales e intersticiales se producen por deficiencias en el aislamiento térmico de la envolvente, y generan manchas de humedad y moho, que además de antiestético es insalubre. Mejorar el aislamiento soluciona buena parte de estos problemas.
REVALORIZACION
La inversión que realizamos en aislamiento en nuestra vivienda compensa, ya que revaloriza el conjunto de la construcción por dos grandes motivos:
- Mejora de la Calificación Energética: Ese certificado que hoy en día se ve como un mero trámite para poder vender o alquilar una casa va a ganar protagonismo. Igual que hace algunos años no había ninguna nevera que mostrara una etiqueta energética, y hoy en día nadie se plantea comprar una peor que A, y asumimos pagar más por una A+++, la calificación energética de la vivienda se convertirá en uno de los factores decisorios de toda compra o alquiler. Es paradójico que actualmente tengamos muy presente lo que gasta el coche, y apenas tengamos una idea precisa de lo que gasta nuestra vivienda, cuando el gasto de la vivienda en muchos casos es mayor que el del vehículo. A medida que la ciudadanía vaya tomando conciencia, estaremos dispuestos a pagar más por una vivienda más eficiente.
- Mejora estructural y estética: Aislar una cubierta por el exterior reduce sus dilataciones y contracciones, prolongando su vida útil. Incorporar aislamiento por el exterior renueva la estética del edificio. Este tipo de actuaciones revaloriza el inmueble normalmente por encima del coste de la intervención.
RETORNO DE INVERSIÓN
Y, por si fuera poco, toda inversión en mejorar la eficiencia energética tiene su retorno. La cuestión no es si se recuperará la inversión o no, porque se recuperará seguro, la cuestión es cuándo se recuperará.
Según nuestros cálculos, la rehabilitación más sencilla que hay, el relleno de la cámara de aire con material aislante, ya sea poliuretano, celulosa, perlas de EPS o lana mineral, es una inversión que se recupera en 2 o 3 años gracias al bajo coste y a los ahorros producidos en calefacción. Para estudiar cada caso particular hemos desarrollado una sencilla herramienta que facilita este cálculo:
En actuaciones más complejas, en las que intervengan otro tipo de actuaciones de mejora de la envolvente, se puede utilizar esta otra herramienta disponible en la web de ANDIMA:
En resumen, os dejamos este pequeño cuadro que recoge las cuatro grandes razones.